MNEMOSYNES

Enciclopedia Accidental

Mes: enero, 2014

NGC 6369

Nebulosa del Pequeño Espíritu

LA NEBULOSA DEL PEQUEÑO ESPÍRITU

Descubierta en 1784 por el astrómomo aleman Herschel, esta nebulosa nos permite viajar en el tiempo, hacia el futuro, exactamente cinco mil millones de años. Y es que lo que allí vemos es lo que queda –lo que va quedando– tras la extinción de una estrella igual a nuestro sol, al agotar su etapa de gigante roja. La maravilla en la lente del telescopio nos podría hacer pensar en el alma de los astros, en el espíritu que su muerte libera al espacio en forma de gas ionizado. Seguramente ya no quedarán humanos para cuando el sol, y con él la Tierra, se apaguen, o quizá anden muy lejos, viajando a través del espacio profundo. Quién podría negarnos que no será algo parecido al pequeño fantasma lo que observen a través de las ventanillas de sus naves, como quien observa con nostalgia y tristeza cómo arde su casa, a lo lejos, mientras huye en la noche hacia la oscuridad insondable.

EL ESPACIO DOMÉSTICO DE LOS GENIOS

Fotogramas del documental  “A Skin too few: the days of Nick Drake”

TANWORTH IN ARDEN

La cámara avanza, abriéndose paso lentamente entre enormes árboles centenarios, camino de una villa victoriana acariciada por los últimos rayos de sol de un atardecer. Ese lugar mágico es en el que creció Nick Drake y esos pocos segundos de filmación parecen reveladores. Vemos también un ojo de buey abriéndose sobre un prado infinito, el mecerse de una cortina. Tiene el ambiente esa fragilidad de las cosas que vemos en sueños, algo que tan solo un leve soplido podría quebrar –un párpado de cristal. Así recordamos y escuchamos los discos de este cantante británico, born to love magic, como apuntaba con tristeza en una de sus canciones. Al recorrer el espacio íntimo del genio podemos afirmar que fueron la casa y Nick los que escribieron juntos, a cuatro manos, todas aquellas volátiles melodías, en inenarrables atardeceres que debían extenderse dramáticamente durante horas y horas.

HELIOGÁBALO

The Roses of Heliogabalus  (L. Alma-Tadema, 1888)

LA FIESTA INFINITA

Nos cuenta Gibbon en su Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano que la atolondrada curiosidad del emperador Heliogábalo le llevó a intentar descubrir la población total de Roma a partir del número de telas de araña. Héroe decadente que tomó su nombre de un dios del sol sirio, este jovencísimo emperador dedicó sus escasos tres años de mandato en Roma a disfrutar de todos los placeres imaginables “con una furia incontenible”. Gustaba de vestirse de mujer y añoraba no tan secretamente convertirse plenamente en una. Acabó sus días asesinado por los pretorianos, en brazos de su madre, una prostituta, y su cuerpo fue arrojado al río Tíber. Se decretó sobre su persona damnatio memoriae y no volvieron a volar los pétalos de rosa alrededor de las habitaciones en las que esperaba desnudo a sus amantes.

CONTRA EL OLVIDO

Esquema Neuronal. Ramón y Cajal

LOTOFAGIA

Había imaginado uno desde siempre que aquellos lotos que consumían los marinos de Odiseo eran las flores acuáticas que pueblan los lagos japoneses, pero estaba equivocado. El loto es un fruto antiquísimo parecido al kaki. Aún así, el efecto era el mismo: la pérdida total de memoria, la única posesión del instante. La lectura dionisiaca que encontramos en el clásico se desvanece ante la realidad más cruda, la de los afectados de Amnesia Severa, incapaces de recordar lo que han hecho hace tan solo unos minutos. Hay un enorme halo de fragilidad en la imagen de los circuitos neuronales, y nos hace pensar en el profundo valor de la memoria, en un bosque donde las raíces de los miles de árboles se hubieran dejado a la vista. Hay que proteger el legado, no echar lastre, posicionarse contra la constante e inhumana actualización y obsolescencia que todo lo invade. Andar más despacio, buscar la mano de la divina Mnemosyne.

EL FUTURO EN LA CAÍDA DE LAS HOJAS

OAKS OF DODONA

ORÁCULO DE DODONA

Dodona es uno de los más antiguos oráculos griegos. Se encuentra en el Epiro (la Tesprotia homérica) y pertenecía a Zeus Naios. Homero, que habla dos veces de este oráculo (aquí y en Ilíada XIV.235-7), nos informa de que la mántica se ejercía a través de una encina sagrada y que lo regentaban los Selloi “intérpretes de pies no lavados, que duermen en el suelo”. Probablemente se refiere a un cuerpo sacerdotal que llevaba una vida de austeridad.

José Luís Calvo
Nota a pie 217 en
Odisea (Ed. Cátedra 2011)

En Dodona las sacerdotisas de Zeus escuchan el arrullo de las palomas, o el susurro de las hojas de roble, o el tintineo de las vasijas de bronce colgadas de las ramas.

Robert Graves
Los mitos griegos I (Alianza editorial)